Wall Street cayó el lunes ante la preocupación sobre nuevas medidas de contención del coronavirus y la incapacidad del Congreso estadounidense de lograr un acuerdo sobre más medidas de estímulo.
La muerte de la jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg también hizo que sea menos probable que se apruebe otro paquete de estímulo en el Congreso antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, lo que provocó grandes caídas en el sector de la salud. La muerte de Ginsburg podría llevar a un empate en la votación cuando la Corte Suprema escuche un desafío a la constitucionalidad del ACA en noviembre, dijeron Mizuho, Stephens Inc y otras firmas de servicios financieros.
El Dow Jones perdió hasta 900 puntos y el índice de volatilidad CBOE se disparó a su nivel más alto en casi dos semanas. El S&P 500 terminó la sesión con una caída de alrededor del 9% desde su cierre récord del 2 de septiembre tras recortar pérdidas que lo llevaron casi a territorio de corrección.
El Congreso estadounidense se encuentra por meses en un punto muerto sobre el tamaño y la forma de un quinto proyecto de respuesta al coronavirus, por sobre los 3 billones de dólares ya aprobados.
Los proveedores de atención médica se vieron presionados por la incertidumbre sobre el destino de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), más conocida como Obamacare, con las acciones de Universal Health Services cayendo con fuerza.
Los índices de Wall Street han caído en las últimas tres semanas ya que los inversores se deshicieron de las acciones tecnológicas tras un repunte que llevó al S&P 500 y al Nasdaq a máximos récord.
Otra serie de restricciones para los negocios amenazará una naciente recuperación en la economía en general y sumaría presión sobre los mercados bursátiles, según analistas. La primera ronda de confinamiento en marzo llevó al S&P a sufrir su peor caída mensual desde la crisis financiera mundial.