En los últimos tiempos los bancos han bombardeado a sus clientes con un nuevo concepto de financiación: el préstamo preconcedido. ¿Qué quiere decir y qué necesitas saber antes de aceptarlo? Lo primero de todo, es que se trata de un mecanismo con el cual financiarse evitando tiempo de espera y presentación de documentación adicional, lo cual no quiere decir que esté concedido directamente. Significa que el banco considera que visiblemente se reúnen todos los requisitos para que se conceda.
En este sentido, como el banco tiene acceso a la mayor parte de la información del cliente, en el caso de que se solicite el crédito preconcedido, la espera se reducirá al mínimo y los papeleos no constarán de un proceso largo y arduo como en los procedimientos de financiación tradicionales.
Lo más habitual es que los bancos ofrezcan estos préstamos preconcedidos solo a sus clientes, puesto que llevan un tiempo vinculados a la entidad, y han tenido la posibilidad de demostrar un volumen de ingresos a lo largo del tiempo. Un grado de solvencia determinada, en definitiva. Los criterios varían en función de la entidad, pero hay varios puntos que debes saber antes de aceptar este tipo de crédito personal:
1. Se adaptan a tus características
Lo primero de todo es que los bancos, en la mayoría de los casos, ofrecen este tipo de préstamos amoldándose a las necesidades del cliente. En función de tus ingresos anuales, del tiempo que lleves en el banco o de la solvencia, el banco estará dispuesto a darte una cantidad más alta y un plazo de devolución acorde al perfil concreto que tengas.
De hecho, los préstamos preconcedidos que no utilizan este tipo de variables, se ajustan a determinados criterios del cliente. Los anticipos de nóminas de algunos bancos como Santander o Bankinter conceden al cliente un importe que equivale a un número de veces su nómina.
2. Solo te lo concederán si eres un cliente óptimo
La entidad bancaria nunca se quiere meter en aprietos y por eso pretenden asegurarse de que el dinero que va a prestar va a ser devuelto con los intereses correspondientes y en el plazo que se ha estipulado dentro del préstamo. De ahí a que este tipo de productos se concedan, conlleva una serie de requerimientos. El más básico, la domiciliación de la nómina.
Sin embargo, hay otros como, el pago de las deudas que se tengan o la antigüedad como cliente. Este tipo de productos no se conceden a cualquiera: como mínimo, será necesario que tengas la nómina domiciliada para poder acceder a ellos. Incluso, que puedas hacer la contratación de otros productos del banco.
3. Ningún papeleo y casi inmediato
Otro concepto para tomar en cuenta y una de sus grandes ventajas es que podrás tener acceso al dinero de manera muy cómoda y con mucha rapidez. El banco habrá hecho un estudio previo antes de hacer la oferta para asegurarse. No necesitará mucha más información.
4. Elevados intereses, en muchos casos
Aunque depende de la entidad bancaria, pero la media, los préstamos preconcedidos aplican un interés del 4,53% TIN. De esta manera, pueden parecer más baratos que los clásicos préstamos personales, que aplican un TIN promedio del 5,6%. Pero esto tiene truco; en todos los casos hay que calcular el TAE, o lo que es lo mismo, el TIN más las comisiones. En muchos supuestos de los préstamos preconcedidos se aplican comisiones de apertura, que pueden llevar a que los intereses finales ronden cerca del 10%. Por tanto, es muy importante que hagas el cálculo antes de seleccionar este método de financiación.
5. Nada que ver con los microcréditos
El concepto es parecido, pero en el fondo no tienen nada que ver. Los microcréditos y los préstamos preconcedidos son dos cosas completamente distintas. Difieren, principalmente en las cantidades solicitadas y en el plazo de devolución.
En el caso de los micropréstamos, el plazo para devolver el importe solicitado ronda entre los 30 y 50 días, mientras que los créditos preconcedidos pueden devolverse en un tiempo máximo de diez años.
En cuanto a las cantidades, puedes pedir microcréditos hasta un máximo de 600 euros, aproximadamente. En el caso de los préstamos preconcedidos esa cantidad sube, dependiendo del perfil del cliente, hasta los 60.000 euros.