La resiliencia tecnológica es un conjunto de prácticas y perspectivas que mitigan el riesgo dentro de los procesos para proteger a las aseguradoras de su propia tecnología y a las personas que intenten explotarla.
Lo que incluye todas las formas de ciberataques, pero también aplica en errores de proceso dentro de los negocios que ponen datos y recursos en peligro sin ninguna ayuda externa.
La digitalización ha irrumpido en el mundo para hacer los procesos más rápidos, comunicación instantánea, análisis de datos y redes sociales.
A diferencia de los enfoques tradicionales para los problemas de ciberseguridad, la resiliencia se trata de pensar cómo está construida por sí misma la infraestructura, cómo se maneja y se mantiene a través del tiempo. Las operaciones diarias del negocio determinan la durabilidad de sus recursos y es al interior donde se debe crear la resiliencia.
La flexibilidad y la estrategia del cliente serán prioridades principales para las estrategias futuras de las aseguradoras.
Aseguradoras pueden tomar la crisis como catalizador
La crisis de la pandemia está demostrando ser un catalizador del cambio en el sector asegurador de muchas maneras. Esto abarca desde un cambio cultural hacia un trabajo más flexible y desde casa, hasta una llamada de atención para muchas empresas, que se han dado cuenta de que sus sistemas y procesos internos deben ser resilientes, flexibles y orientados al futuro.
Entre las aplicaciones de la tecnología para las aseguradoras están la digitalización del proceso integral de los seguros, experiencias en el entorno virtual, dedicación de la mayor parte del presupuesto de IT a mantener los sistemas de funcionamiento y descentralizar los procesos.
Por otro lado, es importante invertir en ciberseguridad ahora más que nunca, pues los procesos se realizan de manera remota y los ciberataques han aumentado. Si las aseguradoras quieren mantenerse al día, operar en escala y actuar en tiempo real, deben adoptar una estrategia de resiliencia cibernética.