El diputado morenista Porfirio Muñoz Ledo se ha visto en vuelto en varias acusaciones por abuso sexual y a pesar de ello quiere presidir el partido que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
Pero cada vez que avanza más en la ruta política se sacan al sol varios de sus trapitos que dañan su imagen como aspirante a dirigente partidista.
La joven @NieveMandarina en Twitter, conocida feminista y amiga militante de una izquierda antiimperialista, se atrevió a contar un abuso que sucedió hace años. A raíz de que una reportera llamada Paloma Villanueva hiciera la mención directa sobre el comportamiento inapropiado del diputado aspirante a presidente, una ola de testimonios sobre acoso sexual han salido a la luz.
Con solo 15 años y un interés por la política conoció a Porficio Muñoz Ledo, le hizo algunas preguntas breves y Muñoz ledo la invitó a comer.
La recibió en su casa, hablaron de Estado, Derecho, la constitución y toda una serie de asuntos públicos hasta que Muñoz Ledo llevó a la entonces puberta a mostrarle su biblioteca. Estando en ese lugar, las preguntas fuera de tono comenzaron y el acoso sexual se hizo presente: ¿Acaso el color de sus pezones o su vida sexual temprana eran del interés de ese poderoso? Evidentemente no.
Alejandra se ha atrevido a contar su testimonio y en medio de la contienda interna, en una convocatoria que establece encuestas distintas por personaje y no por fórmulas, Muñoz Ledo se acompaña de la senadora Citlalli Hernández.
Alejandra es ahora feminista y militante de la 4T. Si es que a alguien podría acusársele de querer un buen futuro para Morena y las mujeres, es a ella.
¿Por qué lavar la cara de un personaje cuestionado si es que presidir un partido será, en sí mismo, una posición de poder? Deben escuchar a las víctimas y creerles, más porque no es la primera vez que se atreven a contarlo y tampoco es por el fuego cruzado. Aunque Muñoz Ledo sea emérito, brillante, ideólogo y decano, la dignidad de las víctimas se respeta.
Con información de Frida Ángelica Gómez