Préstamos rápidos y tarjetas de crédito: ¿qué opción es mejor?

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Los préstamos rápidos y las tarjetas de crédito están al alcance de muchos, pero el fácil acceso no los hace igualmente convenientes.

A la hora de escoger entre un producto bancario y otro que podría servir para un uso parecido, debemos realmente entender las similitudes y las diferencias entre ellos.

Las tarjetas de crédito hoy en día son casi que omnipresentes, pero, aun así, existen muchos usuarios que pueden no tener tarjetas ya adquiridas con algún banco e inmediatamente disponibles en el momento de una emergencia, por lo que los préstamos rápidos resultarían mucho más convenientes a la hora de apagar un metafórico incendio financiero.

Aparte de eso, incluso quienes tienen tarjetas a su disposición, pueden haberlas utilizado con otros propósitos previamente y es posible que no cuenten con la disponibilidad de cupo necesaria para cubrir un gasto imprevisto. En este caso, también resultan indispensables los créditos rápidos pues se convierten practicante en un salvavidas cuando no hay a quién más acudir.

Sin embargo, si tu caso no es ninguno de los anteriormente mencionados, ya tienes contratadas tarjetas y tienes una buena relación con tu entidad bancaria, es posible que tu confiable y usual tarjeta de crédito sea todo lo que necesitas para salir de un apuro inesperado. Incluso podría ser la mejor de las opciones.

¿Cómo saber cuál usar?

A la hora de evaluar las mejores opciones, debemos evaluar los productos uno a uno y comparar sus pros y contras particulares, aplicados a nuestra situación personal.

Si se consigue un préstamo rápido que por ser la primera vez utilizando a una determinada entidad, ofrezca buenas condiciones y a cero costos, esta sería sin lugar a dudas la mejor opción, por lo que vale la pena investigar un poco, en caso de que exista esta posibilidad.

Por otro lado, aunque las tarjetas de crédito tienen mala reputación con muchos grupos y personas, la verdad es que su flexibilidad es incomparable y muchos bancos ofrecen programas excelentes para incentivar su uso, así que cuando son utilizadas correctamente, pueden resultar ser grandes aliadas de nuestro bienestar financiero.

Las tasas de intereses de los créditos rápidos tienden a ser más elevadas que aquellas de las tarjetas de crédito ofrecidas por bancos a sus usuarios, así que ese es un buen punto para empezar a comparar cuál de las dos opciones es más favorable en tu caso particular.

Otras cosas para tener en cuenta a la hora de elegir:

Los créditos rápidos suelen tener plazos de pago específicos, mientras que las tarjetas usualmente ofrecen mayor flexibilidad para que el cliente escoja lo que más le conviene.

Las tarjetas de crédito suelen tener programas especiales de fidelización, tales como regalos, subscripciones gratuitas, así como acumulación y canje de puntos que pueden compensar e incluso superar los costos administrativos por tenerlas.

Los intereses de mora en caso de atraso en los pagos, suelen ser más elevados en los créditos rápidos, aunque los atrasos en las tarjetas también son fuertemente castigados.

Usualmente hay mayor flexibilidad en la renegociación disponible para las cuotas de una tarjeta de crédito, en caso de que el cliente lo necesitara.

Algunas tarjetas de crédito le pagan al usuario por utilizarlas devolviendo porcentajes sobre las compras que se realizan con ellas haciendo que, de hecho, se generen ahorros sobre estos ítems.

Los montos que se pueden obtener por medio de un crédito rápido son, en ocasiones, más altos que el cupo aprobado en las tarjetas de algunos usuarios. Cabe resaltar en contraste que un sobregiro en una tarjeta de crédito es costoso y peligroso para las finanzas personales.

Si el préstamo será pagado en un mes o menos, es usual que las tarjetas no cobren si no se lleva un saldo pendiente mes tras mes.

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