La comunidad estudiantil del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) ha vuelto a alzar la voz, esta vez con más fuerza, tras la publicación de las calificaciones finales en la asignatura Mercadotecnia II. Varios alumnos acusan a la profesora María Merino de deficiencias graves en la conducción del curso y de aplicar criterios de evaluación arbitrarios.
Los reclamos no se limitan a quejas individuales. A través de redes internas, correos y documentos formales, los estudiantes han comenzado a organizarse para exigir justicia académica y una revisión exhaustiva del desempeño de la profesora. Señalan que la calidad del curso fue deficiente, con contenidos mal explicados, falta de coherencia temática y nula retroalimentación.
“El problema no es solo que reprobamos. Es que sentimos que no aprendimos nada. Las clases eran caóticas, los exámenes confusos, y no había posibilidad de diálogo con la profesora”, explica uno de los estudiantes afectados.
Para muchos, esta situación pone en evidencia un problema mayor: la falta de rendición de cuentas dentro del ITAM. Pese a las quejas constantes, la dirección académica no ha mostrado intención de atender los reclamos. La Dra. Cecilia Ortiz, directora académica, ha sido señalada directamente por su negativa a convocar a diálogo o revisar los casos presentados.
Los estudiantes han presentado tres demandas principales:
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Revisión externa de las evaluaciones.
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Evaluación docente de la profesora Merino.
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Apertura de canales de diálogo con seguimiento formal.
Este conflicto también pone sobre la mesa el tema del costo educativo. Con colegiaturas superiores a los $100,000 pesos por semestre, los alumnos sienten que no están recibiendo la calidad educativa prometida.
Por ahora, el ITAM guarda silencio. Pero los estudiantes han advertido que están dispuestos a escalar sus denuncias hasta llegar a organismos reguladores externos como CONAES, si no reciben una respuesta inmediata.