Los eventos extremos ambientales están dejando una factura creciente que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), asciende a 1.38 billones de pesos anuales, equivalente al 4.1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Aunque este porcentaje ha disminuido frente al 6% registrado en 2003, el Inegi advierte que el impacto continúa siendo considerable para la economía nacional, pues desde hace décadas, el país enfrenta pérdidas derivadas de sequías, huracanes, inundaciones e incendios forestales, que cada vez más frecuentes y severos.
Para dimensionar mejor estos efectos, la institución creó las Cuentas Económicas y Ecológicas de México (CEEM), un sistema que mide la relación entre la actividad económica y el medio ambiente, y calcula el costo real del deterioro ecológico.
Reporte
Entre sus principales hallazgos, el reporte señala que el Producto Interno Neto Ecológico (PINE) alcanzó 25.7 billones de pesos en 2024, equivalente al 76.6% del PIB a precios de mercado. Este indicador descuenta del valor total de la economía, los costos asociados al agotamiento de recursos naturales y la degradación ambiental.
Los sectores que más incidieron en la disminución del PINE fueron el comercio, otros servicios y la industria manufacturera. Aunque representan pilares económicos, estas actividades generan fuertes presiones sobre los recursos naturales. A ello se suma que la combinación de sequías extremas y olas de calor está provocando afectaciones severas en la agricultura y en el suministro de agua en al menos 20 estados del país.
Fuente: esg.expansion.mx











