En los últimos años, el sector del retail ha sufrido una transformación a medida que la velocidad de entrega, la experiencia del consumidor y la coherencia entre el producto digital y físico se vuelven elementos cada vez más importantes para los clientes.
Para el empresario y especialista en publicidad, José Jacinto Reynoso González, este cambio supone un nuevo reto para las estrategias de publicidad porque ya no basta con promocionar un producto, sino una mejor experiencia.
“La publicidad efectiva para retail hoy exige, por tanto, una doble disciplina que incluya creatividad que responda a la intención de compra y tecnología que permita personalizar en tiempo real”, afirma.
Las marcas y negocios ya no solo necesitan tráfico, necesitan datos y capacidad operativa para transformar esa información en experiencias comerciales. Reynoso González explica que esto impacta en la planificación publicitaria porque los presupuestos deben migrar hacia modelos que integren performance y brand en entornos omnicanal y que prioricen inventarios que permitan atribución real (CTV, audio digital, formatos shoppable) y partnerships con los propios retailers para explotar first-party data.
Todos estos cambios representan un desafío porque los equipos creativos deben diseñar piezas pensadas para la “última milla” de la conversión. Es decir, anuncios que enlacen inventario disponible, ofertas geolocalizadas y opciones de recogida inmediata.
La experiencia en tienda también reclama innovación publicitaria con pantallas dinámicas, kioscos interactivos y activaciones phygital que extiendan campañas digitales al punto de venta.
“Medir incrementos de venta, no solo impresiones, es el único lenguaje que hoy justificará inversión publicitaria en retail”, añade José Jacinto Reynoso González.
Sobre este rubro, el especialista en publicidad considera que debe ponerse especial atención a la implementación de nuevas estrategias sin gobernanza de datos y sin métricas claras porque resultaría en inversión desperdiciada.
Por ello, recomienda establecer KPIs compartidos entre marketing y operaciones, tiempo en góndola, tasa de conversión en tienda tras exposición CTV, valor medio de pedido, e invertir en pilas tecnológicas que permitan cerrar el bucle entre impresión, visita y compra.