Las ciudades inteligentes han transformado la forma en que las personas se desplazan, se comunican y acceden a servicios esenciales. Sin embargo, esta digitalización masiva trae consigo desafíos que muchas urbes todavía subestiman. Redes de transporte guiadas por datos, sistemas de energía automatizados y plataformas de vigilancia en tiempo real son herramientas valiosas, pero también puntos sensibles ante ciberataques.
Vulnerabilidades ocultas en los sistemas urbanos conectados
Ernesto Mizrahi Haiat, especialista en seguridad e innovación tecnológica, explica que la sofisticación tecnológica no elimina las amenazas; por el contrario, las vuelve más complejas. Cada componente conectado —ya sea un sensor urbano, una cámara inteligente o un panel de control— puede ser explotado por actores maliciosos si no está correctamente protegido.
Mizrahi advierte que los ataques digitales pueden provocar desde la filtración de información personal hasta la interrupción total de servicios estratégicos, afectando la movilidad, la seguridad o la disponibilidad energética de una ciudad.
Por ello, afirma que la ciberseguridad debe integrarse como una pieza fundamental dentro de la planificación urbana, adoptando tecnologías de detección avanzada, IA para análisis preventivos y protocolos de encriptación que garanticen la integridad de los datos.
Confianza ciudadana y marcos éticos para un desarrollo seguro
Más allá de los aspectos técnicos, Ernesto Mizrahi Haiat enfatiza que la protección de la infraestructura digital exige un enfoque ético que priorice la privacidad y los derechos ciudadanos. La confianza en las instituciones depende en gran medida de la forma en que estas gestionan la información y garantizan la transparencia.
El experto sostiene que es imprescindible crear normativas que promuevan la interoperabilidad sin comprometer la seguridad, así como fomentar la capacitación de equipos especializados que puedan responder de manera eficiente ante incidentes.
Además, destaca que la resiliencia urbana se construye desde una visión integral donde lo físico y lo digital se fortalecen mutuamente. Una ciudad realmente inteligente —señala— no solo implementa tecnología; también desarrolla la capacidad de anticipar riesgos, reaccionar rápidamente y aprender de cada evento para evolucionar.
En conclusión, Mizrahi reafirma que la modernización urbana debe ir acompañada de estrategias sólidas de protección digital. Solo así, las ciudades podrán avanzar hacia un futuro conectado, seguro y responsable.
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