Para el especialista en emprendimiento, Vicente Eduardo Graniello Pérez, la crisis derivada de la pandemia de Covid-19, ha llevado a la sociedad a replantearse cuestiones primordiales como la salud y la importancia de valorar a sectores primarios como el campo.
“Nos encontrábamos viviendo a ritmos acelerados en los que no supimos priorizar factores indispensables no solo para los individuos, sino para las sociedades en general y su desarrollo”, señala Graniello Pérez.
“Derivado de esta pandemia, será lógico y necesario el cambio de mentalidad que busque alternativas y esté basado en mayor apetencia o anhelo por el mundo natural”, adelanta el experto.
Y es ante ese nuevo contexto, que Vicente Eduardo Graniello Pérez ve que tras esta pandemia, surgirá una oportunidad para el emprendimiento en el sector agrario, que a su vez, contribuirá a la diversificación de la economía.
“Veremos cómo la demanda de bienes y servicios que estén enfocados al cuidado de la salud, que ofrezcan mayor calidad de vida y al mismo tiempo que sean socialmente responsables, aumentará”, explica.
Graniello Pérez detalla que si bien la actividad agraria siempre ha estado marcada y alineada a la filosofía del emprendimiento, este será un buen momento para que resurja, cobre visibilidad y se fortalezca.
“El emprendimiento agrario necesitará ponerse al día en cuanto a temas de financiamiento, asesoramiento legal, fiscal y empresarial. Sin embargo, tienen una gran ventaja los emprendedores rurales y es que conocen muy bien sus negocios, su fuente de producción y una filosofía o ideología clara a la que buscan defender y hacer que perdure”, asegura Graniello Pérez.
Asimismo destaca que, no por ser emprendimientos vinculados al campo, carecen de innovación o tecnología.
“Sería un error pensar que el sector agrario no ha evolucionado o que no recurren a la tecnología para innovar. Por el contrario, los emprendimientos que surgen en este ámbito suelen ser pioneros de modelos de negocio verdaderamente sustentables. Por un lado, porque hacen eficientes sus procesos y por ende, su negocio, pero también porque llevan ya a la práctica la conciencia sobre procesos ecológica y socialmente responsables que impacten de manera positiva en el entorno y las sociedades”, apunta Graniello Pérez.
Un ejemplo de emprendimiento rural que ha cobrado gran relevancia en España, es el de Apicult a cargo de NotAnts, empresa dedicada al desarrollo de sistemas de agricultura y ganadería de precisión para la denominada industria 4.0.