Aidana Velázquez, gerente de relaciones institucionales en Enlight, destacó que el verdadero impacto ambiental de los autos eléctricos depende de que su energía provenga de fuentes renovables.
“Las bondades de los autos eléctricos se recopilan en conjunto cuando realmente viene de una fuente limpia su carga, porque si no hay una traducción directa del impacto real en contribución a una matriz energética más sustentable”, explicó.
Dependencia de combustibles fósiles
De acuerdo con Velázquez, actualmente solo entre 25% y 26% de la generación eléctrica en México proviene de energías renovables, mientras que la mayor parte de la electricidad se produce con combustibles fósiles. Esto limita la efectividad ambiental de los autos eléctricos, ya que gran parte de los 47,500 puntos de carga existentes —de los cuales cerca del 70% dependen de fuentes fósiles— no garantizan energía limpia.
La Agencia Internacional de Energía estima que, en países cuya electricidad proviene del carbón, un auto eléctrico puede emitir hasta 230 gramos de CO2 por kilómetro, mientras que en redes con alta participación renovable las emisiones bajan a 50 gramos, lo que evidencia la relevancia de contar con una infraestructura sustentable.
Velázquez reconoció que en México se observa un crecimiento en la instalación de puntos de carga —un incremento del 5% entre 2024 y 2025—, aunque la mayoría sigue siendo privada y de acceso limitado. Paralelamente, el país avanza en regulaciones que impulsan el autoconsumo eléctrico y la simplificación de permisos para proyectos de entre 0.7 y 20 megas, lo que abre espacio para nuevas electrolineras con respaldo renovable.
“Estamos en camino a estar listos. La tecnología siempre va de dos a cinco pasos adelante de la regulación, y eso está empujando al mercado, como ya sucedió con los paneles solares”, señaló.
