El sector automotriz atraviesa un periodo de disrupción marcado por la incertidumbre, la regulación y la economía, lo que ha llevado a las empresas a mantener un ritmo cauteloso en sus planes de inversión y desarrollo tecnológico.
Alberto Torrijos, socio líder del sector automotriz en Deloitte LatAm, comentó que el entorno actual ha generado que múltiples fabricantes, proveedores y empresas permanezcan a la espera de definiciones clave, entre ellas el proceso de revisión del Tratado México–Estados Unidos–Canadá (T-MEC), que será determinante para las decisiones industriales de los próximos años.
Torrijos indicó que el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Economía, así como los actores del gremio, el sector automotriz y la industria, se encuentran alineados en la necesidad de proteger el sector y, al mismo tiempo, impulsar innovación y desarrollo.
A pesar de la cautela, el especialista subrayó que la industria no puede detener su operación. Las empresas continúan con la introducción de nuevos modelos, diseño, componentes de mayor valor y estrategias de eficiencia basadas en economía circular. Todo ello ocurre en un contexto en el que los márgenes de utilidad se encuentran presionados, lo que obliga a las compañías a tomar decisiones financieras más estrictas para mantener rentabilidad.












