En manufactura y materiales, la IA impulsa consistencia y precisión. CEMEX asegura ventanas de envío más confiables y menores tiempos muertos.
Grupo Peñafiel organiza la producción según demanda real, y Grupo Bafar acelera lanzamientos gracias a la integración de analítica en sus procesos de fabricación y distribución.
Alejandro Zubiria, asesor de negocios y representante de TRUST, aseguró que “la IA en México dejó de ser mera vanidad; ya vive pegada a los sistemas que operan el negocio. Esto no se gana con trucos, se gana con datos confiables, seguridad y equipos que saben ejecutarla en procesos reales”.
Desafío
El principal desafío es el talento. México cuenta con aproximadamente 10,900 profesionales con más de dos años de experiencia en IA y analítica, y solo alrededor de 1,100 son altamente especializados, de acuerdo con EY en un estudio realizado en junio de 2025.
Esto obliga a las empresas a formar talento internamente, estandarizar herramientas y asegurar la retención, mientras compiten por los mismos perfiles. La cultura también juega un papel crítico, pues quienes tratan a la IA como “proyecto de innovación” la condenan a la vitrina, mientras que las organizaciones que capturan valor priorizan casos de alto impacto, miden resultados rápidamente y escalan con modelos repetibles.
“La ventaja está en la velocidad para convertir casos en resultados medibles”, concluyó Zubiria. Con liderazgo ejecutivo, disciplina de datos y estándares de seguridad desde el inicio, México puede transformar su momento de IA en crecimiento tangible.