En agosto de 2020 el crecimiento anual nominal del saldo de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial a la vivienda fue 8.6% (4.4% real).
Este crecimiento fue menor al del mes anterior (9.0%) y se ubicó por debajo de la tasa observada el mismo mes de 2019 (11.0%). Con este resultado, la cartera de crédito hipotecario mantiene una tendencia a la baja, pero significativamente menos pronunciada que la observada en el crédito al consumo y a las empresas.
Así, en los primeros ocho meses del año este segmento registró una tasa nominal promedio de 9.5% (6.1% real), que dada la magnitud del deterioro observado en los últimos doce meses en la actividad económica y el empleo se compara favorablemente con el promedio de 10.4% observado en el periodo enero-agosto de 2019.
Efectos del desempleo en el crédito a la vivienda
El impacto negativo asociado a la pérdida de empleos aún no se refleja de lleno sobre el desempeño de la cartera hipotecaria, principalmente por el rezago con que el empleo permanente impacta el desempeño de este tipo de financiamiento.
La desaceleración que se ha observado hasta ahora estaría asociada a los primeros efectos de la reducción en el crecimiento del empleo registrada a partir de la segunda mitad de 2018, por lo que a esta reducción irá agregándose el pobre desempeño del empleo formal acumulado en los últimos 24 meses.
Otro de los factores que ha ayudado a que el crecimiento del saldo de esta cartera no haya registrado de inmediato el impacto negativo asociado a la contracción de la actividad económica y el empleo formal, es que el plazo promedio de los créditos en esta cartera es mayor, por lo que los flujos de salida de la cartera son más lentos, a diferencia de créditos revolventes o de menor plazo como algunos de la cartera de consumo.