En México, 7 de cada 10 personas trabajadoras del hogar carecen de prestaciones laborales, siendo las mujeres las más vulnerables en este aspecto, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). Esta cifra se alinea con los altísimos niveles de informalidad en este sector.
Las personas trabajadoras del hogar incluyen a todos quienes, de manera remunerada, se emplean en labores domésticas, de cocina, de vigilancia, de transporte privado y de cuidados a terceros.
Para las mujeres que se dedican al trabajo del hogar existe una mayor vulnerabilidad laboral; mientras el 71.3% de ellas carecen de prestaciones, para los hombres que se dedican a estas tareas la cifra se reduce a 53.1 por ciento.
En este grupo de trabajadores se observa que la mayoría carece incluso de las prestaciones básicas marcadas por la ley: acceso a instituciones de salud, afiliación a la seguridad social, contratos de trabajo, vacaciones y aguinaldo.
Aunque el Congreso determinó que es obligatorio que los empleadores afilien a las personas trabajadoras del hogar al IMSS, la tasa de afiliación es muy baja. De los 2.5 millones de ocupados en este sector, sólo el 2% está dado de alta en esta institución de seguridad social.
De acuerdo con información de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), en México, la mayoría de las personas trabajadoras del hogar perciben el equivalente a uno y dos salarios mínimos, siendo los hombres quienes mejores percepciones tienen.
7 de cada 10 mujeres que se dedican al trabajo del hogar ganan, como mucho, un salario mínimo: 7,440 pesos mensuales para el 2024. Sólo 22.8% registra ingresos de hasta dos salarios mínimos.